Nuestro protagonista es glaciólogo y astrobiólogo, y en la actualidad trabaja en la base científica más remota del mundo: la estación Concordia en la Antártida. Para que os hagáis una idea: hasta la Estación Espacial Internacional, a 400 kilómetros sobre la Tierra, está más cerca de la civilización que este lugar. Esta base se encuentra perdida entre los hielos de un continente aislado, y allí es donde pasa los días Cyprien Verseux.
Además de recopilar muestras, e investigar el clima en épocas pasadas, Verseux tiene un blog en el que comparte sus experiencias viviendo en este ambiente extremo. Es precisamente la dificultad para hacer cosas ordinarias, que damos por sentado en nuestro día a día, lo que convierte sus artículos en algo fascinante de leer.
Verseux y unos cuantos científicos se encuentran solos en una base en la que no sobreviven ni las bacterias. “9 meses al año, durante el invierno, no se puede abandonar ni llegar a ella. Hace tanto frío que los vehículos no funcionan. Ahora mismo somos 13 personas: técnicos, científicos, un cocinero y un médico”, cuenta.
La falta de oxígeno, y lo vacío del paisaje, hacen que parezca que están en otro planeta: “Es la zona más fría de la Tierra, con temperaturas inferiores a -80ºC en invierno. En agosto volvimos a ver el sol tras 3 meses en los que no alcanzaba siquiera el horizonte. El aire es extremadamente seco y pobre en oxígeno”, dicen.
Pero a pesar de estar en este desierto helado, la base Concordia es muy atractiva para los investigadores de campos como la astronomía, la fisiología humana —la ESA la usa para estudiar la adaptación humana a condiciones similares a la Luna o Marte—, glaciología, ciencias atmosféricas y geofísica.
No solo eso: su trabajo y el de sus colegas es de vital importancia, ya que nos da luz sobre cómo ha cambiado el clima en el pasado, y cómo podría hacerlo en el futuro. “La investigación realizada aquí proporciona información de gran valor sobre el cambio climático. Gracias al proyecto EPICA, que fue lo que me trajo aquí, sabemos que los gases invernaderos, sobre todo el metano y el dióxido de carbono, están en sus niveles más altos de los últimos 800.000 años”, dice.
En una ocasión, por diversión, Verseux decidió salir al exterior e intentar “cocinar”, sacando fotos a los distintos tipos de comida en esas temperaturas extremas. Aunque solo era un juego, las imágenes en las que la comida desafía la gravedad ilustran de manera perfecta la intensidad absoluta del frío allí. “Nos quedamos sin comida fresca a principios del invierno (ya que no nos traen nada desde principios de Febrero hasta principios de Noviembre) así que comemos congelados: ya que la temperatura nunca alcanza grados positivos, la metemos en contenedores y la dejamos fuera sin más”, reveló.
Cyprien Verseux es glaciólogo y astrobiólogo, y en la actualidad trabaja en la base científica más remota del mundo: la estación Concordia en la Antártida.

Aparte de recopilar muestras e investigar el clima en épocas pasadas, Cyprien lleva un blog en el que comparte sus experiencias viviendo en este ambiente extremo.


Por diversión, Cyprien decidió salir afuera y probar a “cocinar”, haciendo fotos de distintos tipos de comida en esas temperaturas heladoras.


Solo era un juego, pero las imágenes en las que la comida desafía la gravedad ilustran de forma vívida la intensidad absoluta del frío allí.


¡Esto no es ningún picnic!


“Es la zona más fría de la Tierra, con temperaturas inferiores a -80ºC en invierno”.


“En agosto volvimos a ver el sol tras 3 meses en los que no alcanzaba siquiera el horizonte. El aire es extremadamente seco y pobre en oxígeno”.


“Nos quedamos sin comida fresca a principios del invierno (ya que no nos traen nada desde principios de Febrero hasta principios de Noviembre) así que comemos congelados”.


“Ahora mismo somos 13 personas: técnicos, científicos, un cocinero y un médico”.

“A pesar de estar en este desierto helado, la base Concordia es muy atractiva para los investigadores de campos como la astronomía o la fisiología humana”.

“Estudiamos la adaptación humana a condiciones similares a la Luna o Marte”.

“Gracias al proyecto que me trajo aquí, sabemos que los gases invernaderos están en sus niveles más altos de los últimos 800.000 años”.

Esto es lo que dijo la gente al respecto:



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